Me imaginaba parada en el escenario, dueña por completo de mí, viendo a toda la audiencia sin miedo, sonriendo relajada, hablando con total fluidez. Después de todo, no era la primera vez que tenía que hablar en público, pues desde hace algunos años, parte de mi trabajo ha consistido en impartir cursos y hasta ese momento, me había salido muy bien. Además, contaba con una que otra participación en programas de radio… ¿Qué podría ir mal?…
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