Patrioterías
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, me encontré en las redes sociales varios comentarios encontrados. Unos hablaban de los derechos de las mujeres y la importancia de este día, mientras que otros contenían los mismos mensajes que nos hacen víctimas y ciudadanos de segunda clase.
Me sigue enojando ver que muchos hombres creen que nos debemos ganar el respeto o peor aún siguen juzgando nuestro comportamiento por medio de las mismas y ancestrales ofensas contra nuestro género: puta, zorra, fácil, cualquiera, etc.
Hubo un comentario que especialmente crispo mis nervios, decía lo siguiente: “Estoy mucho más que de acuerdo con UN NO ROTUNDO A LA VIOLENCIA DE GENERO!!!. Pero también le pediría al sexo femenino, que empiece por respetarse A SI MISMA. Y cambiarán muchas cosas!!!”
Ufff fue imposible no contestarle. No me sorprende, pero si me ofende que ciertos hombres sigan pensando que para que la sociedad nos respete, tenemos que seguir reglas estrictas que solo aplican para nuestro género.
Le hice la misma pregunta que les haré a ustedes.
¿Cómo las mujeres nos faltamos al respeto o cómo nos dejamos que nos falten al respeto?
Si un hombre tiene muchas parejas, es un héroe. Si es mujer es una puta.
Si un hombre se enoja y lo demuestra, es asertivo. Si es mujer es una histérica.
Si un hombre comienza un coqueteo y para, es que no quiere. Si es mujer es una “calienta boilers”.
Si un hombre dice no, es seguro y decidido. Si una mujer dice no, está mandando señales confusas y si quiere, pero se está haciendo la “buena”.
Si un hombre llama mil veces a una chica, es conquistador y galante. Si es mujer es una buscona.
Si un hombre deja de amarte y termina la relación, es porque ya no quiere y se debe respetar su decisión. Si una mujer hace lo mismo, es una maldita perra y muchas veces es perseguida por su expareja.
Desde que somos niñas se nos enseña a ser lindas, amables y buscamos incansablemente agradar. A los niños se les permite hacer lo que quieran, ser rudos, sucios, groseros y todo es parte de ser chico.
No estoy diciendo que la vida sea más fácil para los hombres, porque el mismo machismo no los deja demostrar sus sentimientos abiertamente y mucho menos ser débiles o vulnerables.
Sin embargo, el ojo juzgón de la sociedad cae duramente contra nosotras en tantos diferentes aspectos que muchas mujeres crecen con tanto miedo a ser ellas mismas que nunca terminan por desarrollar una personalidad fuerte y segura.
Espero que algún día podamos tener los mismos derechos y obligaciones, pero tampoco debemos olvidar que no somos iguales. Cada género tiene su propia naturaleza, habilidades e intereses.
Me encanta ver a hombres que realmente están involucrados en la educación de sus hijos y que demuestran su amor intensamente. Así como también, me gusta ver como las mujeres tenemos cada día mejores trabajos y podemos destacar en profesiones tanto artísticas como científicas.
La violencia de género no es perdonable porque no afecta a una mujer a la vez. Afecta a la sociedad completa. Violencia genera violencia. No se trata de desquitarnos y convertirnos en mujeres masculinas, sino en respetar las diferencias.
Eso se llama tolerancia.
No te gusta como soy o como visto, no me veas. Y sí, tenemos cambios hormonales y lloramos a veces sin ninguna razón, pero también tenemos la bendición de ser madres gracias a esas hormonas que nos regalan el periodo cada mes.
Los hombres también tiene sus propios cambios hormonales que no son tan predecibles como nuestra menstruación.
Hombres y mujeres sin importar nuestra raza, creencia, preferencia sexual, color de piel ni nacionalidad tenemos el derecho a ser libres, autónomos y a vivir en paz y felicidad.
No a la violencia de género, sí a la vida y los valores universales.
Es una pena que toda esta situación esté ligada a conductas sexuales, o códigos de vestimenta que muchas veces son impulsados por la misma sociedad, pero todo está permitido mientras no sea evidente, eso no indica que la sociedad sea equitativa y justa y el término «darse a respetar» se convierte en cualquier interpretación, de acuerdo al sujeto que la use…