“Ama de casa”, la peor ofensa para una mujer independiente y con ambiciones.
Hace unos días tuve una pequeña pelea contra el mundo por admitir que a mi si me gusta ser ama de casa. Me gusta poner nuevas cortinas, decorar la casa y hacer diario algo nuevo de comer. Me gusta también pasar tiempo con mis hijas, conocer a sus amigos, sus intereses, sus gustos y poder adivinar lo que van a querer hoy de cenar.
Me hace feliz saber cuál es su libro, caricatura, parque, película, etc. favorit@. Me siento muy afortunada por haber escuchado sus primeras palabras, haberles dado su primer puré de frutas, haber visto sus primeros pasos y sus primeras veces de todo.
No me siento frustrada profesionalmente porque mis días son de 30 horas y aun así me he dado tiempo para tener una actividad profesional que me hace feliz. Soy maestra de idiomas, escribo para algunas publicaciones, hago publicidad en mis tiempos libres y todavía sueño de vez en cuando en cantar y bailar en alguna obra musical.
Y no solo son sueños, he podido realizar muchas de las cosas que me he propuesto y mis hijas no han sido ni un candado ni una ancla que me sujeten al suelo.
A veces siento que estoy muy cansada y que quisiera que llegaran los refuerzos y ahí es cuando llegan mi madre o mis hermanas para sostener un poco mi cabeza y mis brazos.
Ellas también son amas de casa, aun cuando hacen millones de cosas más.
Siempre he hecho muchas cosas y no estoy intentando ser una súper mujer, ni que me den un diploma o me de un infarto del cansancio. Me interesa hacer muchas cosas, pero una de las que más me gusta es: mi casa y mis hijas. Y debo confesar que también me gusta consentir a mi marido.
No lo veo muy seguido, y cuando lo veo no puedo resistir la tentación de cocinarle lo que más le gusta, llevarle la comida a la cama y darle un masaje.
Me gusta, no tengo más explicaciones.
Aun cuando él tampoco entiende que me gusta ser ama de casa. Así como también me gusta ser muchas otras cosas. Tal vez solo disfruto el momento y trato de hacer bien lo que hago. Me gusta comprometerme en mis actividades y mis intereses y entiendo bien que el tiempo corre rápidamente y que aun si no disfruto a mis chicas, ellas van a crecer y se van a ir.
Me gusta también involucrarlas en mis gustos y actividades. Mi hija grande iba conmigo a mis presentaciones, la llevaba al radio, íbamos a muchos conciertos y estoy segura de que le abrí la mente a muchas posibilidades. Ella sabe bien que la vida no es solo trabajar, ni solo divertirse, pero es mucho mejor si tienes un trabajo en el que te diviertas.
Con la bebé ha sido un poco más complicado porque aun es muy pequeña, pero yo estoy nuevamente agarrando vuelo y ella crece rápidamente. Ya encontraremos actividades que las dos disfrutemos y así no me voy a tener que perder de nada.
Porque ser ama de casa y mamá es una decisión de vida también.
Una decisión de vida que crea familias, que hace lazos y nutre personas con amor, paciencia y atención.
Ser ama de casa no es una mala palabra y desde hace muchos años lo digo y lo seguiré diciendo con orgullo.
Soy ama de casa y tengo dos hermosas hijas, cortinas hechas en casa y mi siguiente proyecto es redecorar la cocina.