¿Por qué nos sucede un accidente? ¡La respuesta está en nuestras emociones!

Por M.H.H Isabel Cristina Medina Salvatierra.

Los accidentes son expresiones de cólera, que indican una acumulación de frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los golpeados somos nosotros.

Cuando nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando tenemos la necesidad de castigarnos, un accidente es la una forma estupenda de conseguirlo.

Puede que nos resulte difícil creerlo, pero los accidentes los provocamos nosotros; no somos víctimas desvalidas de un capricho del destino. Un accidente nos permite recurrir a otros para que se compadezcan o nos cuiden al mismo tiempo que curan y atienden nuestras heridas. Con frecuencia también tenemos que hacer reposo en cama, a veces durante largo tiempo, y soportar dolor.

Hace unos días, llegó a mi consultorio una ama de casa a consulta. Había sufrido un percance en su casa. Ella refiere estar bajo demasiado estrés e ira reprimida. Se encontraba recogiendo cosas regadas en el piso, cuando tropezó con la cama y se fracturo el cuarto dedo del pie derecho. Adentrándome un poco mas en su interior y explorando sus sentimientos refiere que siente mucha frustración porque en días pasados su aniversario de bodas paso desapercibido como otros tantos para su pareja. Ahí se explica claramente a lo que refiero en la parte superior del artículo. A la paciente se le dieron dos remedios homeopáticos, uno constitucional y otro para su fractura. Se le citó en dos semanas para su valoración.

Symphytum. Este es el remedio principal en casos de fracturas. Toma una potencia 30 CH cuatro veces al día durante dos semanas. Tómalo sólo cuando te hayan atendido en urgencias (colocado el hueso en su lugar, escayolado, etc.,) pues este remedio estimula con mucha rapidez la curación y cierre del hueso.