Por Mambrú
Una vez más ante las tragedias y las vicisitudes el Pueblo mexicano ha demostrado de qué estamos hechos. La solidaridad y el apoyo humano que se ha dejado ver con las avalanchas y toneladas de apoyos de los hermanos mexicanos para nuestros hermanos mexicanos han superado por mucho la ineficiencia, la burocracia y la indiferencia de la clase política y algunas dependencias que trabajan directamente con el Gobierno Federal, para demostrar que cuando un mexicano se propone ayudar ya sea con donativos, despensa, en especie, con mano de obra, con un vaso de atole, un taco al pastor, una abrazo e incluso una sonrisa.
Aunque en la Ciudad de México, y en estados como Morelos, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Veracruz algunos de sus edificios quedaron en ruinas, los mexicanos siempre estuvimos de Pie. Apoyándonos unos con otros, alentándonos ya sea físicamente o con mensajes de apoyo, pero sobretodo al pendiente. Y es en este momento en que las redes sociales jugaron un papel tan importante para dar a conocer refugios, centros de acopio, comunicándonos unos a otros y por fin sirviendo a la sociedad y facilitando el apoyo a donde no podemos llegar.
Sobretodo porque en estos momentos ya no nos fiamos de los medios convencionales de los noticieros de cadena nacional de radio y tv, porque ya hay tantas plataformas en internet donde nos muestran lo que las grandes cadenas se restringen por ordenes del mismo gobierno.
Donde el apoyo de las sociedades hace presión para que las grandes empresas también colaboren y apoyen la causa ya sea en especie o con servicios gratuitos para las zonas más vulnerables, telefonía, transporte, materiales, hospitales privados.
Que más allá de fanfarronear y sacarnos la selfie con el apoyo o la despensa (aunque algunos sí lo hicieron) demuestra que el País así como se une para unos festejos de una Quinceañera llamada Rubí, también se puede unir a la causa en cadenas de apoyos y oraciones incluso buscando a una niña que nunca existió pero que nos lleno de angustia y esperanza por saber el desenlace, esperando que una buena noticia al final de la madrugada nos haga por momentos olvidar todo el dolor y tragedia vivida por la jornada de quienes aun están en la búsqueda de sus familiares y amigos bajo los escombros.
Nos enseña a ser más humanos con los de la propia especie como con nuestros amigos de cuatro patas quienes como héroes hacen sus labores de rescate acompañando a los voluntarios encontrando y rastreando vidas, esperando y esto nos haga voltear un poco y sensibilizarnos ante la importancia de respetar y valorar a nuestros amigos los canes en todo momento y no sólo cuando les necesitamos.
Que países sin pensarlo dos veces nos tienden la mano con ayuda humanitaria, equipos especializados y con la mejor disposición de hacer menos trágico este suceso.
Maestras de Kinder tranquilizando a sus niños con canciones en pleno sismo, Taqueros y tamaleros que regalan su comida a los voluntarios, niños que se desvían de camino del colegio a su casa para cargar pesados bloques de escombro y ayudar a otros niños a salir de entre las estructuras, personas de la tercera edad dando su tiempo y experiencia queriendo aportar su granito de arena, personas que vienen de otras colonias o comunidades cargando picos, palas, botes todo con el fin de ayudar a quien lo necesita, profesionistas ofreciendo sus servicios gratuitos en pro de la sociedad y mucho más que nunca terminaremos de mencionar solo para recalcar que lo más bello y hermoso de nuestro país no es nuestra bandera, ni nuestros paisajes, ni mucho menos nuestras canciones sino su Gente.