Manuel Álvarez Bravo a 111 años de su nacimiento

fuente: Asociación Manuel Álvarez Bravo, A.C.

Uno de los fundadores de la fotografía moderna, es considerado como el mayor representante de la fotografía latinoamericana del siglo XX. Su obra se extiende de finales de la década de 1920 a la de los noventas.

Nace en el centro de la capital mexicana el 4 de febrero de 1902. Interrumpe sus estudios a los doce años al fallecer su padre y comienza a trabajar para ayudar en la economía familiar, en una fábrica textil y posteríormente en la Tesorería General de la Nación.

Su abuelo, pintor, y su padre, maestro, eran aficionados a la fotografía. El descubrimiento temprano de las posibilidades de la cámara le hará explorar en autodidacta todos los procedimientos fotográficos, así como las técnicas de la gráfica.

En un inicio aborda el pictorialismo, influido por sus estudios de pintura en la Academia de San Carlos. Explora luego las estéticas modernas, con el descubrimiento del cubismo y las posibilidades de la abstracción. En 1930 se inicia en la fotografía documental: Tina Modotti, al ser deportada de México, le deja su trabajo en la revista Mexican Folkways. Así trabaja para los pintores muralistas: Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros.

Álvarez Bravo es una figura emblemática del periodo posterior a la Revolución mexicana conocido como renacimiento mexicano. Fue aquel un periodo cuya riqueza se debe a la feliz, aunque no siempre serena, coexistencia de un afán de modernización y de la búsqueda de una identidad con raíces propias en que la arqueología, la historia y la etnología desempeñaron un papel relevante, de modo paralelo a las artes. Álvarez Bravo encarna ambas tendencias en el terreno de las artes plásticas.

De 1943 a 1959 trabaja en el cine realizando fotografías fijas, lo que lo lleva a producir algunos experimentos personales.

En vida, presentó más de 150 exposiciones individuales y participó en más de 200 exposiciones colectivas. Según numerosos críticos, la obra de este “poeta de la lente” expresa la esencia de México, pero la mirada humanista que refleja su obra, las referencias estéticas, literarias y musicales que contiene, lo confieren también una dimensión universal.

Falleció el 19 de octubre de 2002, a los cien años.

Primer paso para sobrevivir en París: sonría

por Elizabeth / Todo París

Cuando llegas a París de vacaciones o para vivir, te darás cuenta de que todo lo que has escuchado antes sobre la llamada “ciudad luz” es un mero cliché y todo lleno de falsos prejuicios. La verdad asomará por ella misma. Ya verá usted. Y hay que saber que hay tres tipos de París: el París del turista, el París del que viene a vivir por razones personales de cualquier índole y aquel del que viene a estudiar.

Sea feliz en París

Los tres parecerían tan lejanos como ir del cielo al infierno. El París del estudiante es siempre el más cool, el más divertido y también el que permite tener una adaptación más rápida en esta ciudad. Al estar rodeado de compañeros que viven las mismas vicisitudes en el día a día, al intentar todos comenzar de cero y compartir más o menos los mismos intereses (de inicio, la carrera o estudio que veniste a hacer).

No olvide esa regla: sonría

El París del turista encaja plenamente en el cliché de la ciudad que todos vimos en las películas o la imagen romántica y etérea que de ésta se tiene. Sin embargo, no siempre es así. El turista en París siempre se encuentra perdido, buscando, preguntando, intentando hacer de esta ciudad aún un cliché más grande. Hay quienes tienen buenas y malas experiencias.

El turista se siente perdido a la hora de ir a los restaurantes, después de darse cuenta de que los meseros no son los más amables del mundo (y de eso, incluso los parisinos se quejan. Ya dedicaré un post a los meseros parisinos) y de que en calidad de turistas en muchos lugares no son muy bien recibidos. Sin embargo, como diría mi abuelita, hay que encontrarle el modo a París. Sonría.

Dale click a la imagen para continuar leyendo