Día Internacional del Migrante: 232 millones de migrantes son casi invisibles

El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon dijo que la migración es una «poderosa herramienta para reducir la pobreza y aumentar las oportunidades».

Naciones Unidas.- El secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, dijo que los migrantes son una població importante por los beneficios que aportan a sus comunidades de origen y a las de destino, sin embargo, permanecen \»invisibles y sin ser escuchados\», recordó un día antes de la conmemoración del Día Internacional del Migrante.

Una gran cantidad de los migrantes viven y trabajan en condiciones de vida deplorables, con un limitado acceso a los servicios públicos y a los derechos más fundamentales, exponiéndlos a la extorsión, la violencia, la discriminación y la marginación.La mitad de los migrantes internacionales son mujeres, uno de cada 10 tiene menos de 15 años de edad, y 40 por ciento vive en países en desarrollo.

Los migrantes más pobres y con la menor calificación laboral, son los que padecen el mayor número de barreras en su movilidad social, por ello Naciones Unidas busca proteger sus derechos y reducir los costos sociales y económicos de la migración.

El secretario también subrayó la relevancia de incluir en la agenda de desarrollo el efecto positivo de la migración internacional y la necesidad de reconocimiento que los países miembros necesitan tener para proteger a los migrantes cuando sean afectada por crisis humanitarias.

Ban Ki-moon fue enfático: \»llamo a todos las personas y a los gobiernos de todo el mundo a rechazar la xenofobia y a asumir la migración como un facilitador clave para un desarrollo social y económico sostenible, equitativo e inclusivo. La migración es una realidad del siglo XXI\».

Fuente: Notimex

Caminito de la escuela por Laura Zita

«Patrioterías»

Caminito de la escuela

Por: Laura Zita

La semana pasada, empecé a estudiar francés en la universidad de “Siempre nublado”, Francia. De verdad, que no recordaba lo divertido que era tomar clases, estar rodeada de gente, salir de un salón para entrar a otro, las tareas, las prisas, etc. ¡Estoy fascinada!

Me encontré con muchos otros extranjeros, que como yo, están perdidos e ilusionados con los nuevos cursos. Hay gente de todas partes del mundo y se siente una energía totalmente diferente. Es muy divertido escuchar en los pasillos gente hablando en diferentes idiomas y sobre todo es reconfortante encontrar otros mexicanos y latinoamericanos.

Aun cuando ya tengo más de año y medio viviendo en Francia, ha sido difícil encontrar puntos en común con la gente de la ciudad.

Hay gente simpática y amable por todas partes, pero siempre había tenido la sensación de no pertenecer, de ser la mexicana que confunde las recetas, que hace mal los trámites y que no comprende cosas que para los demás resultan tan obvias.

En la universidad, todo es diferente ya que las clases están diseñadas especialmente para los extranjeros que llegan al país con muchas ganas de aprender de todo y están abiertos a sumergirse en esta nueva cultura. Muchos de los estudiantes que llegan solo van a permanecer un semestre, tal vez un año, pero entre todos ellos me siento menos extranjera.

Poco a poco, se han ido formando grupos lingüísticos: los latinos, los asiáticos, los europeos, los africanos, entre tanto otros que se reunen para no sentir tanto la soledad y disfrutar al máximo la experiencia de estar estudiando lejos de sus países de origen.

Nunca faltan los renegados que no quieren tener contacto con los oriundos de su país, según ellos quieren aprender más rápido francés conviviendo solo con franceses o con personas que no hablen su propio idioma. Sin embargo, es realmente refrescante poder conversar unos minutos en español con algún compatriota y al mismo tiempo compartir la experiencia de la migración.

Me encontré con un mexicano que terminantemente me dijo que no quería tener ninguna relación con mexicanos. Su decisión aun cuando es totalmente válida, me entristeció un poco. Me hace pensar en como los mexicanos seguimos siendo malinchistas y nos cuesta trabajo ser solidarios con otros que están pasando por la misma experiencia.

Finalmente, las clases están llenas de otras personas que sin mirar el color de la piel, ni la raza son agradables y cordiales con cualquiera que se acerque a platicar con ellos.

Estar en un país diferente hace que la gente busque compatriotas no solo para sentir un poco menos la soledad, sino también para aprender de la experiencia de otros. No todos emigramos por las mismas razones y no todos se van a quedar a vivir aquí. Hay estudiantes que solo buscan mejorar su francés, mientras que otros seguirán sus estudios aquí y muchos otros están esperando encontrar una nueva vida diferente y emocionante.

Como mexicana, me encanta escuchar el español fresco de los recién llegados, me gusta platicar de nuestras ciudades, de nuestra cultura, pero también me siento muy atraída hacia la gente de culturas totalmente diferentes.

Ahora empieza una nueva aventura en las aulas universitarias, donde ya no me siento como una extranjera, por que todos lo somos. Estoy de verdad contenta de conocer a tanta gente nueva y poder compartir con ellos lo que soy: una mexicana orgullosa que vive en Francia y también estoy lista para aprender de ellos.