La lluvia

por Abi Cataño

Los días más lluviosos del año acababan de comenzar, por lo que no era ninguna sorpresa que por las tardes en el cielo se escucharan los relámpagos lejanos hasta que las gotas golpearan las puertas, las ventanas, y a los carros. De vez en cuando alcanzando a mojar a unos cuantos desafortunados que no llegaron a tiempo a sus hogares para refugiarse. 

Una tarde estaba sola en casa, todos habían salido a excepción mía, ya que cada uno tenía planes. Quería relajarme así que me acosté en mi cama mientras la madera crujía con cada movimiento que hacía para acomodarme en ella. Me puse mis audífonos una vez que estaba en una posición cómoda, desde mi celular entré a Spotify para buscar una playlist tranquila y melancólica que me ayudara a olvidarme de todos mis pensamientos por el momento. 

Mi objetivo era poder concentrarme en cada nota musical, quería ponerles atención a los diferentes instrumentos de cada canción, sentir todas las emociones que intentaban expresar y transmitir los cantantes. 

Estaba casi por terminar la lista de canciones cuando me di cuenta de que no escuchaba tan claramente a comparación de como comencé, había un sonido ahogado por los mismos audífonos. Decidí quitarme uno solo, entonces la música se dividió en dos, esa sensación de separar algo que debe ir junto; al mismo tiempo que se rompe la burbuja dentro de mi cabeza en donde estaba escuchando la música, todo para prestarle mayor atención al ruido del exterior. De inmediato me acostumbré a la realidad y me di cuenta de que se estaba cayendo el cielo, una tormenta eléctrica azotaba las calles al otro lado de mis ventanas. 

De vez en cuando veía los destellos de luz blanca iluminar mi cuarto casi por completo y solo esperaba al estruendo del cielo rompiéndose, el trueno que siempre llega seguido del relámpago. Me acerqué a mi ventana para ver y escuchar las gotas golpearla con fuerza hasta que cesaron, al igual que las canciones en mi playlist. 

El amor apesta. 33 canciones contra San Valentín

Fuente: Experiensense

por: Mauro Canut

Si hay algo que ha inspirado más canciones que el enamoramiento eso es el despecho, los celos y el rencor tras una ruptura sentimental.

Cuando uno se enamora y está en una nube se siente especial y siente que todo a su alrededor es también especial y eso dispara la creatividad. Habría que ver cuantas de esos tropecientos millones de canciones de amor que se han hecho en los últimos siglos estaban hechas por alguien enamorado. La mayoría estarán escritas de forma automática pues escribir una canción de amor es tan fácil como hacer llorar en el cine, solo hace falta acudir a los cientos de tópicos que todos tenemos a mano desde los tiempos de Matusalén.

Sin embargo las canciones de odio suenan más verdaderas y escritas desde las entrañas. Mientras que las canciones de amor parecen escritas en un estado de atontamiento como de haber perdido la cabeza de amor (no en vano San Valentín murió decapitado),  las de odio nos suenan escritas en ese estado de lucidez al que uno llega cuando se cae de una nube y se da de bruces con la ‘puta’ realidad (que decía Mónica Naranjo).

Y es que el rencor es más universal y  une más que el amor, pues mientras el primero lo siente todo el mundo antes o después, el segundo es una lotería que no a todo el mundo le toca

Aquí tienes una lista con las 33 mejores canciones de todos los estilos (desde el hip hop más actual de Tyler The Creator al corrido mexicano del gran Vicente Fernández pasando por el indie noise, el heavy y la rumba catalana) sobre el odio, el rencor y el despecho que produce el fin del amor.

¡Muere San Valentín!

//