El Huapango de Moncayo a más de 70 años de su creación es un emblema del arte musical mexicano

                La obra más famosa de Juan Pablo Moncayo se estrenó el 15 de agosto de 1941

“Siqui sirí”, “Bajalú” y “Gavilancito” son los sones veracruzanos que conforman el “Huapango de Moncayo”, una de las piezas más representativas de la música nacional, que fue estrenada el 15 de agosto de 1941, bajo la dirección del maestro Carlos Chávez.

Desde ese estreno, hoy hace ya setenta años, “Huapango” otorgó a su compositor, José Pablo Moncayo, nacido en Guadalajara, Jalisco, el 29 de junio de 1912, un lugar preeminente en el repertorio de la música mexicana de concierto. 

Moncayo fue hijo de Francisco Moncayo Casillas y Juana García López, se interesó por los estudios musicales a corta edad e inició su preparación bajo la tutela del maestro Hernández Moncada.

Tiempo después, estudió composición en el Conservatorio Nacional de Música con los maestros Candelario Huízar y Carlos Chávez; en esa época trabajó como pianista en cafés y estaciones de radio, era el año 1929.

 En 1931, el autor de “Huapango” se consolidó como pianista y percusionista cuando tuvo la oportunidad de formar parte de la Orquesta Sinfónica de México, bajo la dirección del concertista Carlos Chávez.

 En 1935 Moncayo creó una agrupación de cámara a la cual denominó “Grupo de los cuatros”, en compañía de Daniel Ayala, Salvador Contreras y Blas Galindo.

 Contrajo matrimonio con Clara Elena Rodríguez del Campo, con la que tuvo dos hijas: Claudia y Clara Elena. También estudió en 1942 con el compositor Aaron Copland, esto gracias a una beca que ganó por el Instituto Berkshire.

 Para 1944 había estrenado ya su primera sinfonía escrita al calor de su intensa participación como percusionista de la Orquesta Sinfónica Nacional (a la cual dirigiría de 1949 a 1954), y continuó escribiendo para conjunto orquestal con notables resultados.

 Entre sus piezas más representativas destacan “La mulata de Córdoba” (1948), la cual tiene como argumento, con un libreto de Xavier Villaurrutia, una leyenda de la época colonial y de manera regular se presenta en el Palacio de Bellas Artes con gran éxito; así como “Muros verdes” (1951), obra para piano caracterizada por su frescura.

 Moncayo murió joven, el 16 de junio de 1958, pocos días antes de cumplir los 46 años, su obra, inscrita en la corriente nacionalista, era más bien el desarrollo de un estilo de gran solidez que sin concesiones especiales llega muy bien a los oídos del gran público.

fuente: http://periodicodigital.com.mx

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