Primeros días del año por Laura Zita

Patrioterías | Primeros días del año

Vi pasar los días frente a la pantalla de mi computadora, como adolescente que ha perdido el amor y solo quiere hundirse en un profundo agujero y no volver a ver la luz. Por falta de vicios más divertidos, me puse a ver película tras película esperando que las imágenes y la historia de las mismas me ayudara a no pensar, a no recordar y a no sentir tanta tristeza por su partida.

Vi de todo: aventura, romance, caricaturas, drama, comedia, americano, francés… Ay, francés que me recordaba su dulce voz y su acento exótico y sensual…

Suelo divagar un poco en esa parte, pero lo evitaré por respeto a mis lectores.

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El cine es maravilloso, puedes pasar de una historia de terror a una comedia ligera en unos minutos y si te comprometes de verdad con la película puedes viajar hasta los más lejanos rincones del mundo, de las emociones y de los sentimientos.

Viendo películas, el día es noche y la noche es día. No importa cuantos días han pasado, ni si te has levantado del sillón más que para comer algo y hacer del baño. El cine tiene esta maravillosa facultad de envolver tu mente y hacerte olvidar.

No sé tomar alcohol hasta lograr eso sin vomitar.

Y sigo de vacaciones, así que no hay una rutina que me jale, ni obligaciones que me llamen a la actividad.

Esta semana, me inventé algunas salidas con amigas y se siente bien. Después de como 10 películas, estoy lista para regresar a la vida. Aun cuando este frío hace que quiera estar en cama, viendo más y más historias que me hagan pensar en cosas que no me están ocurriendo a mí.

¿Qué me está ocurriendo a mí?

No mucho, solo mi amor acaba de partir de nuevo al trabajo, a regañadientes, sin mucho ánimo y del otro lado del mundo.

Yo estoy esperando que comience un nuevo semestre, las vacaciones se me hacen largas. Nunca me han gustado mucho, me gusta tener una rutina y caras nuevas que ver. Y por supuesto, me encanta cobrar un sueldo cada quincena. Por poco o mucho que sea, me siento feliz de ser productiva y poder decidir sobre mis gustos, pasatiempos e intereses.

Desde que regresamos de “Siempre nublado”, he encontrado una nueva fascinación por mi casa. Quiero arreglarle todo y hacerla cada día más cómoda y bonita. He ido poco a poco por falta de dinero, pero me gusta mucho como está quedando.

Ayer fui a ver una cocina integral, que es un mueble prefabricado que tiene cajones, una tarja para lavar los trastos y mucho espacio para guardar comida, platitos, cubiertos, etc.

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Encontré una cocina que me enamoró. Es roja y no sé que traigo desde el año pasado con ese color, pero esa es la que quiero.

Hoy no tengo dinero, pero me gusta ponerme la meta y ver como se cumple pronto. Ya me vi, ya la vi también en mi casa y yo cocinando sobre ella. Este es el romance perfecto: mujer-cocina.

Me gusta estar emocionada con pequeñas metas y proyectos que puedo palpar.

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También encontré mi curso ideal de diseño. Tampoco tengo dinero para pagarlo… pero ese nunca ha sido verdaderamente una de mis grandes preocupaciones. Lo quiero y lo voy a tomar.

El dinero va a llegar como llega siempre, cuando se necesita y para lo que se necesita.

Este año ha comenzado diferente a muchos otros, estoy llenita de amor, feliz por un nuevo comienzo, más confiada en mis recursos y habilidades y con metas pequeñas y grandes que me hacen sentir muy entusiasmada.

Otra vez siento que confío, solo confío sin dudar. En mi, en la vida, en el destino, en mi fuerza y el amor que tengo por familia y por las oportunidades que llegan día con día.

Hoy es un día extraordinario, lleno de fe y esperanza. Hoy lo quiero vivir así.

En busca de la pertenencia por Alba Salgado

Sobre vivir en Holanda

Una de las cosas a las que recurrimos aquellos que hemos saltado el charco (dígase el océano), para venir a radicar a Holanda (o cualquier otro país que no es el nuestro), son las páginas del Facebook. Ohhh si, andamos a todo lo que la tecnología nos da para no sentirnos desterrados (dígase más bien sin tierra, no expulsados).

Así, nos hacemos integrantes de páginas como Mexicanos Holanda, Mexicanos Unidos en los Países Bajos, Mexicanos en Europa o Mexicanos el Mundo (del cual YO fui expulsada por quejarme ante la censura que aplican, pero bueno)… Luego Latinos en Europa…. etc, etc, etc. cuanta página reúna ya sea gente fuera del terruño o gente que quiere conocer sobre los otros países.

Nos integramos a estos grupos buscando, quizá, la sensación de pertenencia, un poco de nuestra cotidianidad o dicho en otras palabras, alguien que entienda lo que YO estoy pasando, sintiendo o pensando/planeando pasar. Así, tan pronto nos aceptan en el grupo, comienza un sentimiento de felicidad: NO estoy sola, hay otros como yo y podré tener amigos…

Igualmente, en el proceso de aumentar tu círculo social, tan pronto conoces a un holandés, éste procederá a contarte si conoce a uno como tu, Mexicano, Latino o cuando menos alguien que hable Español, Latino… ¡Hablas MEXICANO!. Es en serio que me han preguntado varias veces que si yo hablo mexicano y después de tener que decirles al menos un par de veces que casi todos los latinos hablamos español, se maravillan de que YO pueda entender a un Colombiano, una Argentina y un Español. Cuando ellos, en un país tan pequeño, poseen otra lengua: El frisio (o Frisón).

Pero (ohhh si, aquí va el pelo en la sopa), en esta búsqueda de lo mexicano, a veces (Y repito A VECES) olvidamos que, igual que cuando vivíamos en nuestros ranchos, no todas las personas nos caían bien (agradaban)…

Entras al internet o vas a una reunión, con la ilusión de esos como «TU» te van a aceptar, te van a agradar y van a ser grandes amigos. Pero algunos, tan pronto los vas conociendo, entonces…. (Favor de agregar Soundtrack de la película PSICOSIS cuando apuñalan a la mujer en el baño)… Ayyyy destraciad@!!! Mientras la o él  susodicha te va cayendo en la punta del hígado.

Si me aceptas en Facebook prometo no destazarte, ¿si?

No, el simple hecho de ser mexicanos NO garantiza que el otro te va a agradar (aunque si tienes haaaarta suerte, puede que encuentres alguno(s) en tu camino). Pero aún así te sigues esforzando, digo, AMBOS están lejos del hogar, ambos tienen las «mismas raíces».  Como dije, olvidas que hubo gente en tu rancho que IGUAL te re-pateaba la existencia de sólo verlos, por lo que piensas que, ahora que estás en la distancia, pues serían menos desgraciados… Allí, mis nunca bien ponderados, es cuando ya bailó la muchacha (dígase que la cosa se fue al diablo).

Porque no sólo nos enfrentamos a la desilusión de NO hacer amistades en el Facebook, sino también el querer creer que los que entran a dichas páginas, por ser otros mexicanos en… Holanda, Francia, Inglaterra… ohhh Timbuctú, Van a pensar como YO.

Ohhh ¡¡¡ganas de hacerse mala el agua!!! (como diría mi madre), y va a estar canijo encontrar a alguien tan loca como yo (en mi caso, cuando menos), porque cada cabeza es un mundo. Y a veces esos mundos son como Venus: ¡¡con una capa de nubes de ácido muriático!!!

– Ayyyyy Holanda es TAAAAAAAÁN BONITA!! Los molinitos, las suequitos y los quesitos son DI-VI-NOS. Así que no se te ocurra si quiera, cuestionar la vida allá

¡Oh bueno! Si es que el sitio es bonito (¡Hermoso, chulo, chulampón!), pero como toda música, tiene sus bemoles, sus detallitos y curiosidades, que vuelven tu nuevo hogar, algo singular. Pero la persona del otro lado de la computadora quiere que los demás SOLO vean lo bello de lo extranjero, del «¨PRIMER MUNDO» y si no lo haces, te atacará por destrozar sus sueños y anhelos.

Pero acaso como versa el dicho: «No sabes lo que tienes hasta que lo ves perdido», vienes a entender que en las fiestas patrias buscas celebrar la belleza de su tierra, las tradiciones propias de cada zona, la riqueza de sus comidas y más que otra cosa, a SU gente, que a pesar de todos los problemas (maestros mal pagados, desplazados del Zócalo, políticos corruptos, crisis económica, etc, etc), se mantiene JUNTA aún en su diversidad…

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