El chavo del ocho, sin querer queriendo, se volvió un ícono latinoamericano de la televisión

Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’ (1928-2014)

Esta increible historia puede decirse que empieza en 1968 cuando a Chespirito se le da la gran oportunidad de tener su propia secuencia en televisión debido a sus grandes éxitos como guionista en años anteriores. Así, TIM (Televisión Independiente de México) le ofrece un segmento de treinta minutos, en los cuales don Roberto Gomez crea dos secuencias memorables: «Los Supergenios de la Mesa Cuadrada» y «el Ciudadano Gómez» al lado de Rubén Aguirre, el reconocido actor Ramón Valdez y una jovencísima María Antonieta de las Nieves, que en esa época se desempeñada como locutora en off del canal. Ese fue el punto de partida pues la secuencia ganó tanto éxito que se le dio por fin un programa propio «Chespirito» en 1970.
Es justamente «Chespirito» la cuna televisiva de los dos grandes y más exitosos productos de la empresa que tomó por nombre Televisa, y que tal como sus ejecutivos lo reconocen, «El Chapulín Colorado» (1970) y «El Chavo del Ocho» (1971) fueron los programas que sirvieron de catapulta a todas las producciones mexicanas, ya que las televisoras extranjeras empezaron a interesarse más por los productos hechos en México.
Antes de realizar estas producciones, Don Roberto debía contar con un elenco capaz de escenificar impecablemente los magníficos guiones que escribía. Y la selección debía ser muy acertada. Ya contaba con Rubén Aguirre, con quien trabajaba desde sus épocas de guionista en «Cómicos y Canciones» y «El Estudio de Pedro Vargas», con el inolvidable Ramón Valdez y la veinteañera María Antonieta de las Nieves, que jamás imaginó realizar una carrera actoral básicamente entregada a la comedia. A Carlos Villagrán lo conocería por intermedio de Aguirre, cuando lo vio hacer en su casa un sketch de ventrílocuo, donde Villagrán hacía de muñeco. A Bolaños le llamó la atención sus cachetes inflados, que serían el sello personal de «Quico». A Florinda Meza, la conoció viéndola ensayar un monólogo para un programa donde participaba como actriz. Curiosamente éste llevaba el nombre de «La Media naranja», nombre irónico sabiendo que contraerían matrimonio años después.
Edgar Vivar, médico de profesión, pero entregado a una carrera actoral, lo contactó a través de un amigo común de ambos. Don Roberto Gómez, al ver por primera vez a Vivar, lo tomó inmediatamente. La actriz española Angelines Fernández, y gran estrella del cine de oro mexicano, fue una de las últimas en ingresar al elenco. Y a pesar que su personaje fue invitado en las primeras temporadas, llegó a ser permanente. Llegaría después el hermano de Don Roberto, Horacio Gómez Bolaños, que se dedicaba inicialmente sólo al marketing y venta del programa, sin embargo un personaje le aguardaba y aunque al principio no lo tomó con mucho agrado, finalmente quedó para la posteridad su interpretación del relajado «Godinez». Este elenco fue el fundador de todo el suceso latinoamericano y mundial que significara el Chavo del Ocho años después. 1971 es el año que los televidentes mexicanos ven por primera vez al Chavo, a Don Ramón, a la Chilindrina. Estos personajes de niños interpretados por adultos, calan hondo en el gusto popular y rápidamente se convierten en los preferidos del Canal 8 de México. La prensa mexicana también se empieza a interesar por la insólita sintonía en este canal de antena fría y dedica sus primeros reportajes y críticas a Chespirito y su elenco, que ya empezaba a saborear un poco del éxito que años después se acrecentaría a niveles insospechados.
En los primeros años de los setentas, luego del suceso de los personajes de Roberto Gómez Bolaños, se fusionan las dos cadenas mexicanas: TIM que producía las series de Chespirito y el Canal 2, el llamado de las Estrellas y que ya gozaba de un gran prestigio. Asi es como producto de esta fusión nace la mega empresa de telecomunicaciones mexicana, Televisa S.A. La situación para Don Roberto fue incierta por un momento ya que tenía la duda sobre qué iba a pasar con sus series tan exitosas del canal 8. Asi Emilio Azcárraga Milmo, el gerente general de la nueva Televisa le propone no solo continuar con la serie sino que tanto el Chavo como el Chapulín tendrían un espacio propio, es decir un programa independiente cada uno. Pero aún quedaba una duda: el nombre del espacio, ya que «El Chavo del Ocho» se llamaba así porque se emitía por el canal 8. Chespirito cuenta que Azcárraga le sugirió que continúe asi ya que se había identificado con ese nombre. Es asi que en 1973, comienzan las emisiones semanales de «El Chavo del Ocho» y «El Chapulín Colorado», producidas por Televisa.
La serie «El Chavo del Ocho» rápidamente empieza a posicionarse en los primeros lugares del ranking de la televisión mexicana. Los actores empiezan asi a disfrutar del éxito. Y aunque a Roberto Gomez Bolaños le hubiese gustado que sea «El Chapulín Colorado» el personaje más exitoso, lo cierto es que fue «El Chavo» el que mantuvo pegado a la teleaudiencia, con impresionantes picos de sintonía de haste 60 puntos de rating televisivo. Los lunes a las 8 pm. eran sagrados para la mayoría, y tanto niños y adultos dejaban todo para sentarse en familia y disfrutar juntos las ocurrencias del niño del barril y compañia. Con el transcurso de los años los personajes se fueron acentando en sus características y ahi es donde empiezan a destacar algunos más que otros. No es secreto que el personaje de «Don Ramón y el personaje de «Quico» acaparan la atención de una gran mayoría de seguidores, por sus características particulares y por su gran desenvolvimiento en pantalla. Y la serie, se vuelve objeto de culto ya no solo por el televidente mexicano sino por el latinoamericano, el europeo, y hasta el africano. A mediados de los setentas el Chavo del Ocho escapa de las pantallas para llegar a los hogares a través de diversos Souvenirs de la serie: muñecos, revistas, juguetes, disfraces, y mucho más. También la serie empieza a producir musicales y las canciones empiezan a llamar la atención tanto asi que también se empìezan a producir Material Discográfico con la música del Chavo del Ocho. Y las giras que realizaba la vecindad por diversos países y estados mexicanos constituían llenos totales.
Sin embargo todo el éxito que se veía por fuera no nos permitía observar los primeros roces entre Bolaños y Villagrán. Se dijo mucho sobre el distanciamiento entre ambos y se tejieron muchos rumores sobre su rivalidad detrás de cámaras. Los más recordados fueron la disputa por el amor de Florinda Meza y que Quico empezó a tener mayor atención que el mismo Chavo. La versión que se acepta es que Quico empezó a tener muchas propuestas fuera de la vecindad, hasta del mismo Azcárraga, pero que Villagrán rechazó porque no deseaba que sea supervisado por Chespirito, tal como se lo sugirió el «tigre» Azcárraga. Es así que es vetado de Televisa por el dueño y se aleja de la Vecindad. Los problemas con Bolaños se inician cuando Villagrán desea seguir usando el personaje de Quico, y Chespirito le comunica que no lo puede hacer porque los derechos son de él. Ese iba a ser solo el inicio de muchos años de disputas legales entre ambos virtuosos de la comedia. Finalmente en diciembre de 1978, la fogata en las arenas de Acapulco sería la última escena de «Quico» como parte de la vecindad del Chavo. Triste ironía del destino porque precisamente el Chavo canta en aquel ocaso de sol, el tema «Buenas Noches Vecindad» en el que dice «..hasta pronto compañero, otra vez regresarán los momentos placenteros para compartir el pan. Decir adiós sería tonto, un hasta pronto sólo será».
1979 fue un año que la serie tuvo cambios bastante drásticos ante la ausencia de un miembro del elenco clave como lo era «Quico». Bolaños nunca pensó en otro actor para personificar al niño de los cachetes porque sabía que Villagrán con su interpretación sería ireemplazable. Asi los libretos variaron con la entrada de la Popis en un desempeño más estelar y Ñoño, que tuvo mucha más participación en los episodios de la serie. Doña Florinda tuvo durante los primeros capitulos una participación bastante opaca, nunca se supo si fue por cuestiones del libreto, pero si se fijan bien se ve al personaje más apagado, como si viviera un tiempo de depresión producto del alejamiento de su hijo «que fue a vivir a casa de su tía la rica». La serie mantuvo el interés de la audiencia a pesar de todo, pero no pasó mucho tiempo antes que el elenco sufriera otra ausencia importantísima. Ramón Valdez, el recordado «Don Ramón» renunciaba a la serie debido a un jugoso contrato en Venezuela para trabajar en un programa de comedia al lado de Carlos Villagrán. Asi es el memorable capitulo de «Peluchín» el testigo de la despedida de Ramón Valdez de la serie. Fue exactamente un lunes 12 de marzo de 1979.
Ante la ausencia de Ramón Valdez y Carlos Villagrán, ingresan por la puerta grande dos nuevos personajes: Doña Nieves, la abuela de Don Ramón -que ya había aparecido anteriormente en el capítulo del album de fotos- y Jaimito el Cartero, que empezó con pequeñas apariciones hasta ser un personaje estable y tener su propio apartamento en la vecindad. Doña Nieves fue interpretada por Maria Antonieta de las Nieves quien se luce con doble papel y Jaimito el Cartero, encarnado por Raul «Chato» Padilla, que también ingresa como parte del elenco oficial de Chespirito a partir de ese año. 1979 sin embargo, sería el ultimo año del Chavo del Ocho como programa independiente, porque a partir de 1980 Televisa establece una nueva politica para su «Canal de las Estrellas» en la que desplaza a toda la programación de comedia dejando todo el espacio para las telenovelas que empezaban a significar ingresos importantes para la empresa. Asi el Chavo culmina su exitosa trayectoria como programa independiente con el episodio de la lavadora de Doña Florinda.Dale click aquí para continuar leyendo la historia del chavo del 8

Duelo migratorio, ¿cuáles son las señales para reconocerlo y combatirlo?

Al igual que el resto de los duelos, no todo el mundo los vive de la misma manera, no en todas las personas tienen la misma intensidad, no todo el mundo pasa por las mismas vivencia. Esto depende de muchos factores: el estilo de afrontamiento, los rasgos de personalidad, las circunstancias contextuales, las redes sociales, etc.

Sin embargo, se han descrito una serie de circunstancias personales y sociales que, en conjunción, actúan como formas de predicción de duelo migratorio:
  • Desorientación temporal – espacial prolongada
  • Incomunicación con la población de origen y asilamiento
  • Dificultad para encontrar vivienda o vivir en condiciones insalubres o hacinados
  • Dificultad para establecer un ritmo de vida normalizado
  • Soledad, sentimiento de fracaso y de miedo
  • Sentimiento de tener que luchar para sobrevivir por estar sometido a condiciones de explotación o humillación.

Junto con la confluencia de los factores anteriormente señalados que actúan como predictores, habría que señalar algunas de las expresiones sintomáticas frecuentes cuando el duelo ya es manifiesto:

  • La tristeza. Es un estado de ánimo que tiene que ver con lo dejado atrás, con la dificultad para conseguir el proyecto migratorio.
  • El llanto.
  • La culpa.
  • La ansiedad está ligada a la lucha intensa por conseguir los objetivos propuestos, de igual manera está ligada al miedo por los peligros, discriminaciones e incertidumbres que se viven en torno a muchos procesos migratorios. La ansiedad también se refleja en torno al choque cultural y al grado de tolerancia a la frustración que tenga cada cual.
  • La irritabilidad está relacionada con la magnitud de las frustraciones a las que se debe hacer frente. La falta de autonomía, la falta de recursos económicos, las jornadas de trabajo inacabables pueden ser generadoras de irritabilidad.
  • Miedo, confusión y preocupación. El miedo está presente en buena parte del duelo migratorio, aparece y desaparece o se aminora. Los síntomas de confusión son frecuentes, sobre todo en los primeros momentos de estancia en el lugar de acogida. El hacer cosas diferentes, en lugares diferentes, con personas diferentes favorece la confusión. La pérdida de referencias ayuda en este proceso de confusión. Y las preocupaciones tienen que ver con el alto nivel de presión que se recibe.
  • El sentimiento de culpa. Corresponde con sentimientos de dejar abandonados a personas queridas. Los sentimientos de culpa se pueden avivar cuando la persona inmigrante toma contacto con esas personas víctimas del «abandono» y se produce algún tipo de reproche real o fabulado por el propio inmigrante. El sentimiento de culpa dificulta el disfrute en la sociedad de acogida, este sentimiento obstaculiza, limita, castra los momentos de diversión o alegría que se puedan dar, sobre todo en los primeros momentos de la estancia.

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